
C Ó M P L I C E
Gracias amada
mía,
Gracias por
hacerme tan feliz
Por que al
escuchar esa dulce voz,
Cuándo sin
pensar me dijo papá!
Que felicidad
sentí,
Al ver hecho mis
sueños realidad.
Gracias por
velar sus dulces sueños,
Por cuidar de él
con tanto amor,
Que felicidad
sentí,
Al verlo dar sus
primeros pasos
Extendía sus
brazos y corría junto a mí.
Gracias amada
mía porque junto a ti,
He pasado los
días más felices de mi vida,
Compartiendo su
llanto y alegría,
Jugar con mi
hijo, cuando me llama papá!
Que dicha tan
grade es la mía,
Han pasado ya
tantos años
Nada de esto
puedo olvidar
¡Hay de mí,
cuanto dolor padezco!
Las ganas que
tengo de llorar,
¡Porque nada de
esto fue cierto!
Nunca mis sueños
llegue a realizar.
Fui cobarde un
día y cómplice a la vez
Me convertí en
un asesino,
De quien podría
darme hoy la felicidad,
De mi propio
hijo señores,
Que no dejé a
este mundo llegar.
Pido a Dios que
me perdone
Y dé consuelo a
mi triste soledad,
A mi hijo le
arrebate la vida
Para que no
invadiera mi privacidad,
Que “Dios me
perdone”
Porque yo, yo no puedo olvidar,
que fui tu cómplice... tú con tus arrebatos
de una chiquilla malcriada,
yo por consentirte tanto
y creer que de mi estabas enamorada.
Maricela G. Cerón
Maricela G. Cerón
No hay comentarios:
Publicar un comentario